Rebel, un cachorro de pastor alemán, de ocho meses y precioso por cierto, andaba correteando por el jardín de su dueño, en Los Ángeles, rodeado por un muro de piedra, cuando vio un tentador agujero.
Peter and María O'Neill, en agosto del 2006, abandonaron la casa en que vivían, junto a su gato Collin, en Middlesbrough, para irse a vivir a Garstang en Lancashire, pero llegado el momento de irse, Collin no aparecía por ningún lado, después de una búsqueda infructuosa y dejaron su nueva dirección por si alguien lo encontraba..
Ramona Wegemann, que vive Ebereschenhof cerca de Berlín (Alemania), es la propietaria de una perra, de raza Rhodesian Ridgeback que hace un par de meses dio a luz una preciosa camada, ni más ni menos que de 17 tiernos, dulces y expresivos cachorros, ocho hembras y nueve machos, con lo cual de golpe y porrazo, se han convertido en una familia, muy, pero que, muy numerosa.
Pues sí, Ug, este perro de la foto, el pobrecillo es más feo que un dolor de muelas y ciego de un ojo, lo dejaron abandonado en la calle y a pesar de los esfuerzos que hacían, en El Centro de Acogida para animales, Mayflower, en Doncaster, South Yorkshire, por encontrarle una familia, nadie quería adoptarlo, ya que todo el mundo su fealdad le inspiraba rechazo.
A lo mejor exagero con lo de la Biodramina, para el mareo, pero seguro que los 88 pasajeros y los 77 tripulantes del Clelia II, la necesitaron y a montones, porque a causa de una avería en los motores quedaron a merced de las tremendas olas y el fuerte viento, que hicieron de la nave, por unas angustiosas horas, un frágil barquito de papel.
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