Eileen Lockley y Billington Warner, tenían 16 y 17 años, respectivamente, cuando cupido, les lanzo sus flechas llenas de amor, en el año 1950, en Smethwick en la región de West Midlands (reino Unido) y durante un año, vi vivieron su particular historia de amor, a ratos, porque él estaba en el ejército y sólo podían verse cuando él tenía permiso.
Como no podían estar juntos, se escribían todos los días, para mantener su amor vivo, pero pasado un año, decidieron casarse y así poder iniciar una nueva vida juntos, pero no contaban con la oposición del padre de ella, que se negó a la boda, pues consideraba que eran muy jóvenes para fundar un hogar y la pareja tuvo que dejar su sueño y emprender una nueva vida por separado, ya que él fue destinado lejos de ella y no volvieron a verse.
Eileen, se casó, tuvo dos hijos y un matrimonio feliz, que duró 57 años, hasta que enviudó, al igual que Billington, que tuvo tres hijos, de su matrimonio con una mujer, de la que enviudo, tras 54 años. Pero en el corazón de ambos, seguía latiendo aquel amor juvenil, aquel deseo de formar un hogar, juntos, ya que ese primer amor, de juventud, nunca se olvida, y ellos a pesar de haber sido felices con su pareja, nunca pudieron olvidarse.
Un día, un amigo común, llamó a Eileen, en el 2011 y le dijo que había muerto la mujer de Billington, entonces ella, dio el primer paso, para llamarle por teléfono y darle sus condolencias, pasados unos días él la llamó de nuevo, y así empezaron a mantener conversaciones telefónicas, recordando sus tiempos jóvenes, hasta que un día él se presentó en el pueblo de ella, muy repeinado y con un ramo de rosas rojas, las preferidas de ellas.
Después de un año viéndose, él volvió a pedirle matrimonio y se casaron en una bonita y sencilla ceremonia, rodeados de sus hijos y nietos, formando una gran familia, logrando así su sueño de juventud, ni más ni menos que 60 años después, demostrando que el amor, puede estar dormido en el fondo del corazón, pero que nunca muere.
¡Vivan los novios!
Ay, qué bonito. Así que el amor sí que existe ¿eh? :)
¡Qué romántico, Nela! Ese amor que no se olvida... ¡Ayyy!
Muy bonita historia. El amor nunca se olvida. Me alegro de que tuvieran matrimonios felices, hijos y todos, y que después de tanto tiempo se encontraran de nuevo y al final se casaran.