Como cada primavera, las camadas de patitos, alegran el Zoo de Bristol (Inglaterra) y algunos pequeñuelos, despistados se escapan de mamá pata y terminan en el recinto de los gorilas, que intenta atraparlos, pero sin más consecuencia que un susto, para las avecillas traviesas.
Pero esta vez, Komale, un bebé gorila de cuatro años, atrapó uno, ante el susto de los visitantes del Zoo, que pasaron de temer por la vida del patito a sonreír y emocionarse, al ver como ella, lo acariciaba y acunada entre sus brazos, con mimo y delicadeza.
Durante un rato Komale, jugó con su nuevo amigo, tratándolo como si fuera lo más delicado y frágil del mundo, y después con la misma delicadeza, lo colocó en el borde del foso, que le sirve de vivienda para que patito, se pudiera ir con su mamá, que seguramente, ya lo daría por perdido y que seguramente por mucho que lo quiera, jamás le dará un abrazo tan tierno y delicado, como el del gorila.
Yo no sé si el patito estaría muy convencido, de su nuevo amigo, pero el gorila, si que cumplió el sueño de casi todos los niños del mundo “tener un patito”.
Mis hijos tuvieron uno y creció tanto, que una noche, se lo colamos, a un vecino en el gallinero, pues no era cuestión de comerselo, digo yo.
Besos
Nela
Muy tierno post. Saludos
ayyy, estas cosas pueden con uno.
Impresionante y en verdad tierno.
Un saludo
¡Que historia tan tierna! Mirale, como juega con su patito. Son tan monos. Me recuerda un reportaje que vi sobre una gorila que vivia en una reserva en Africa y le compraron un gatito, lo trataba igual, con gran delicadeza y ternura. Casi te hace llorar y emociona verlo.
Realmente ha sido muy tierno, a mi la naturaleza nunca deja de soprenderme. La dulzura es una nota predominante en tu blog Nela, mi más sincera enhorabuena. Besos.
Mui bello !!! Besos.
Par que luego digamos que los animales carecen de sentimientos. A muchas personas le haria falta tener la humanidad que tienen los animales