Khakimov Bakhretdin, en el año 1979, militaba en el Ejército Rojo Ruso, y fue enviado a Afganistán, junto con sus compañeros, para invadirla, por orden Leonid Brezhnev, que era por aquel entonces la máxima autoridad del Kremlin, así que al igual que sus compañeros, se despidió de su familia, en concreto de su esposa, hijos no tenía, sus padres y hermanos, y supongo que con la idea de volver.
En el año 1980, fue herido en combate y se le dio por muerto, con el consiguiente disgusto para los suyos, pero Khakimov, no estaba muerto, fue recogido por un grupo de afganos, que lo llevaron a su aldea y se ocuparon de curarlo, y cuando se encontró bien, decidió que la guerra no era lo suyo y decidió quedarse con ellos, sin avisar a nadie, ni siquiera a su esposa.
Cambió su nombre por el de Abdullah y se casó con una mujer de la localidad, y de su familia si te he visto no me acuerdo, pero hace unos 20 años, el Ejército Ruso, decidió dar con el paradero de 269 soldados, de la guerra, de los que no se tenía la certeza que estuvieran muertos, encontraron a 29, de los que 22 volvieron a Rusia, y también la tumba de otros 15 y al resto los dieron por muertos.
Pero hace unos días la casualidad quiso que lo encontraran en el distrito de Shindand (Herat), donde vive, ya que el ejército ruso a pesar del tiempo, no cejó en la búsqueda de 269 desaparecidos, al final de la contienda, de los cuales encontraron 29 vivos (ahora 30) y 15 tumbas, de aquellos 29, 22 decidieron no volver y después de 20 años de búsquedas infructuosas encontraron a Abdullah, que ya apenas habla ruso, pero lo entiende.
Abdullah, que ha enviudado de su mujer afgana, se dedica a la medicina natural y aunque no quiere volver a Rusia, seguro que le tiene miedo a la bronca de su primera mujer, está dispuesto a reunirse con su hermano, después de 33 años.
En fin, ¡que no estaba muerto, se olvidó de volver!
Pues ya le vale al tío, podría haber avisado ao lago, digo yo.