Así que para descansar del estrés que le produce el cuidado de los oseznos, y el comer bambú, decidió relajarse un ratito, en un columpio, que tiene instalado en su recinto y donde puede evadirse un rato de sus quehaceres de mamá, pero Fu Hu, no estaba por la albor, de dejar a mamá tranquila, así de después de varios intentos, ya que los pandas son bastante torpes, consiguió subirse al columpio, no sin antes agitar su patita, para decir “¡hola...pasaba por aquí...!”.
Una vez arriba, sentadito delante de mamá, que no estaba muy convencida, de querer compañía, levanto sus bracitos, como diciendo “Maní lo conseguí” y mami, resignada, de perder su tranquilidad, siguió columpiándose con Fu Hu, porque al final, los hijos, siempre se salen con la suya, sean de la especie que sean.

Siempre consigues cosas tiernas que mostrar, Nela. Está lindo.
Besos
Que gracia, hay que ver que mundo este 8)
Aisssss, ¿Hay algo mas tierno y mono que un osito panda jugando con su mama? Pocas cosas, seguro.
Me parece algo tan real, mama intentando descansar y el niño, que no,que de relax nada de nada,.... sois geniales. Me alegra mucho vuestro blog.